Hablar de las nuevas tecnologías aplicadas a la educación es abrir el debate de la forma en que se deben emplear y que rol cumplir en la integración de los distintos estratos sociales en cuanto a igualdad de oportunidades y posibilidades educativas, y por ende en la distribución de la renta. Es también abrir el debate a qué rol debe cumplir el Estado como prestador de servicios educativos y si ello es un gasto o una inversión. El rol de la tecnología no es algo que dependa de ella misma, sino de cómo se la emplea y qué se desea obtener. Es decir uno puede plantearse el haber intentado hacer algo, como por ejemplo informatizar unas pocas escuelas como un fin en sí mismo o ser éste el inicio de un plan a mediano y largo plazo de informatización e interconexión progresivo que lleve a cada escuela no solamente a lo antes dicho sino también a la satisfacción de sus necesidades no digitales, como por ejemplo servicio eléctrico, telecomunicaciones, etc. Que la brecha se agrande depende en mucho de cada uno de nosotros, lo cual sería muy fácil, lo verdaderamente difícil es llegar a lo inclusivo como bien natural de cualquiera de nosotros.
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